Personas encerradas
Por fin
Dentro.
Cada una en su casa.
Si te veo, dime Hola de lejos.
Si vuelves a casa, dime con quien has estado.
No me abraces, ya te quiero.
Hemos terminado encerrándonos,
haciendo limpieza en nuestros armarios.
Abriendo timidamente libros olvidados
Como si no tuviéramos el permiso
de disfrutarlos.
Esperamos poder salir mañana por una vuelta
pero no pensamos a fiestas o a emborracharnos.
Sólo esperamos sea abierto el mercado unos días más
Y nos organizamos según nuestro cuerpo.
Nadie nos manda,
ni aquella sensación que dice que "deberías estar haciendo algo".
La mente se despeja, también el ritmo de los mensajes frenéticos que buscan tu participación a cualquier evento.
Paran los relojes, ya no hay cursos y reuniones a los que participar.
Comer, parar, pensar. Estudiar. Mirar por la ventana. Apreciar un rayo de sol.
Regar las lechugas del balcón,
No hay nada ni nadie que buscar o con quien hablar.
Quédate contigo mismo, no es un consejo.
Es una recomendación sanitaria.
Hazlo por tu bien y por el bien de todos.
Hazlo por tu bien y por el bien de todos.
Tienes todo el tiempo que necesitas
para llegar a la conclusión que a ti más te convenga.
Y la vas a encontrar.
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