miércoles, 6 de mayo de 2020

Encerrados mirando

A ver que te cuento hoy.
¿Ya sabes, ya te he contado
que desde mi balcón
veo una casita
idéntica a la mía, 
y que allí dentro está un espejo
donde siempre que paso,
cada vez que allí aparezco,
me quedo allí parada y me reflejo?

¿Ya te he dicho que,
cómo no es tan perfecta mi visión,
veo borroso y me tengo que acercar, 
para ver mejor?
Así que me toca volar de un balcón a otro
y percibir detalles que desde lejos no veía.
Si me quedo mucho tiempo mirando
aparecen sombras grises
que se quedan mucho tiempo
en el reflejo 
de ese espejo.

Ya te habrás dado cuenta
que cuanto más miras, menos ves,
y si te fijas mucho en un detalle 
luego ves borroso alrededor.
Así es mi tiempo.
Un continuo reflejo.
de mi, de ti y de mucha gente más.

Cuando dejo de mirar, 
cuando me concentro en algo distinto.
Me pongo con la espalda recta 
y voy a mi lugar.
Huyo del reflejo,
pero allí sigue, esperándome con su mirada enigmática y muy muy reflexiva.
Un espejo muy pesado.
Eso es. 
Un espejo de plomo del que tengo que huir porque es hipnótico.
Un espejo en la pared colgado
Que te refleja.
Que me refleja,
en un juego de idas y vueltas.

Divinidad lechuga

Mi querida mizuna Diosa de todas las lechugas Haz que brote la espinaca Que la rúcula tarde en florecer Y que pueda disfrutar a diario De to...