jueves, 30 de abril de 2020

Silencio en Venecia


Silencio.
Sólo silencio esperaba.
Que todo el mundo callara.
Que la gente dejara de ilusionarse, de quejarse, de desvivirse por nada, porque nada importaba.
Que pararan las miles de opiniones y que todo el mundo por 24 horas callara.

Encerrados y silenciados. Quizá pedía demasiado.
Al mundo parecía mucho, el hecho de quedarse mudo.
A mi no parecía pedir nada, que todo quedara en silencio y no en constante palabreo risoteo musiqueo y charloteo.
Lo resolví comprándome unos tapones para oídos. Fue así que el mundo adquirió otro sentido.
Por fin no había tanto, tanto ruido.

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